martes, 4 de septiembre de 2012

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Vargas Llosa es irreprochable. Y como deicida –ese que niega la creación de Dios— es genial al fundar un universo propio. Cito: “El hombre era alto y tan flaco que parecía siempre de perfil. Su piel era oscura, sus huesos prominentes, y sus ojos ardían con fuego perpetuo…”   Carajo, ni la Biblia... (E. J.)